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DISCO "VIAJEROS"


01.

REGLAMENTO INTERNO PARA SOÑADORES

No dormir con los párpados caídos,
traicionar reglamentos anteriores,
serle fiel al café de lo prohibido,
vacunarse contra despertadores.

Despistar a la hoz de la rutina,
caminar con la zurda por el borde,
no volar si no hay tierra en la retina,
y almorzar, por lo menos, un acorde.

Despeinar la melena de los libros,
ordenar las ideas como flores,
desertar de los besos sin peligro,

defender las tristezas en colores,
no perder la razón, sí el equilibrio.
Y mañana, vendrán sueños mejores.

Fernando Montalbano.


02.

VIAJEROS

Sucede que me voy enamorando
de las mujeres que hay dentro de vos.
La sombra de los hombres que no he sido
regresan de los besos del error.
Y no hay información para el viajero;
la fórmula es perderse siempre en vos.

La yunta de lo que pintamos juntos
anda pariendo rumbos en la piel.
Te cambio la medida de tu abismo
por la canción, la lógica y la sed.
Si la ciudad posible siempre ha sido
el todavía, el dónde y el tal vez.

Ay, viajeros,
a dónde irá la suma del amor.
No sabemos;
porque uno y uno es mucho más que dos. 

Nos pasa, que no pasan los temblores
y somos huracanes, somos sur.
La cama, la cocina, los balcones,
despliegan nuestros pájaros aún.
Y codo a codo con la incertidumbre,
el vértigo de nuestra latitud.

Sucede que el camino lleva adentro
si hundimos nuestros pies en el amor.
Seremos los viajeros de nosotros,
de mundos que germinan entre dos.
Esclavos del abrazo, de tan libres,
y todo un horizonte, vos y yo.

Ay, viajeros,
a dónde irá la suma del amor.
No sabemos;
porque uno y uno es mucho más que dos. 

Letra y música: Fernando Montalbano.


03.


CORAZÓN DE CANCIONES

Corazón de canciones,
en qué hueco se asoma
lo mejor de los hombres,
la mujer de mi boca.

Mar de las melopeas,
misa de las guitarras,
dónde, música y letra
silban lo que se ama.

Redondel de las rimas
de piolines y teclas,
sea ley tu poesía
cuando el beso nos duela.

Trompo de los sentidos,
pariremos historias,
porque el coro es el río
de lo que no se nombra.

Corazón de canciones,
ojo de lo que siento;
que ilumine tu acorde
ruido, barro y te quiero.

Megafón de la Luna,
voz que el llanto cocina,
gracias por la fortuna
de tu nota sencilla.

Que me aturda el futuro 
todavía sin verso,
que en la sangre te busco
y en la copla te encuentro.

Vendaval de cantares,
semen de las gargantas,
embaracen el aire
de canciones que faltan.

Letra y música: Fernando Montalbano.



04.



PLANTITA DE ALBAHACA

En el balcón se añuda
cuando el otoño la ataca;
la niña que estornuda
es mi plantita de albahaca.

Me da pena robarle
sus ojitos pa’l puchero,
pero a mitad del hambre
sus besos dicen “te quiero”.

Me la mecen los grillos
y hasta mi propia guitarra.
La riegan con un río
de chacareras y zambas.

El sueño la hará libre
del redondel de su cuna.
Que vuelen sus raíces
al corazón de la luna.

Mi patio se ha dormido
en su fragancia de moza.
Amaneció más vivo
y le han crecido baldosas.

La madrugada muerde
con los ladridos del alba,
y se despiertan verdes
mi mal humor y mi planta.

Mediterráneamente
mateo junto a su tallo;
y su silencio bebe
gotitas de lo que callo.

Y así giró la vida
su trompo sin alharaca.
Que muera la rutina
con el gustito e’ la albahaca.

Letra y música: Fernando Montalbano.


05.


LA HORA DE LOS DOS

En el aire flota piel;
hay humito del querer.
Pronostican humedad
muy cerquita del sofá.
Sopla el céfiro del vos,
es la hora de los dos,
y no hay reloj

Siento toda tu verdad
conversando con mi sal,
arrojados al vaivén,
a los mares del tal vez;
vivos de multiplicar
la esperanza una vez más,
como el pan.

Siento que vamos entrando
muy despacito en el otro,
como semilla en el barro
de lo que somos.

Y en el vapor de los labios,
resucitando el asombro,
sin pensamientos andamos, 
allá en nosotros.

Amanece entre los pies,
aunque es el atardecer;
la saliva del aún
tiene gusto a juventud,
y en la espalda de este par,
el abrazo lloverá
después de amar.

Enredados sin por qué,
tu corpiño y un cd,
en las olas del colchón
flotan con mi pantalón,
y mil besos de ultramar
refucilan sin piedad
en la ciudad.

Siento que vamos entrando
muy despacito en el otro,
como semilla en el barro
de lo que somos.

Y en el vapor de los labios,
resucitando el asombro,
sin pensamientos andamos, 
allá en nosotros.

Letra y música: Fernando Montalbano.


06.


ESA GUITARRA

Esa guitarra que anda
lánguida por la casa,
dándole cuerda a todo
lo que nos pasa.
Esa cajita honda,
rápido que responda,
que precisamos otra
canción redonda.

Ese licor sonoro
húmedo y que se abraza,
ese que llega al fondo
de las gargantas.
Esa indomable hembra
que cabalga en mis piernas,
anda pidiendo letra
para mi lengua.

Adónde irá su pelo,
su cancionero largo,
quién saltará al espejo
de su encordado.
Ojalá que las uñas
y esa sirena rubia
hagan de las preguntas
su partitura.

Sabe esa guitarrita
como afinar la tarde,
cómo ponerle música
a las verdades.
Y en la distancia breve
donde la piel se bebe,
apenas solo miente
lo que se debe.

Lejos de los estuches,
cerca de los insomnes,
fiel como los que huyen
de los blasones.
Ella dirá tañendo
más de lo que te cuento.
Gracias por el misterio
contra mi pecho.

Letra y música: Fernando Montalbano.


07.


AMOR EN EL TERCER MUNDO

En su silla de paja
ella fuma en silencio.
Él golpea la puerta,
pero ya no está abierta.
Qué difícil pareja,
corazón y rejas.

Ella sale al balcón
con pechos de azúcar.
Él se fue a una ciudad,
que llaman: “Angustia”,
con pezones de yugo
y sin futuro.

Ella mira un espejo
y se pinta los miedos.
Él la espera en la esquina
porque sabe que hay cielos
que no tienen estrellas,
pero sí, rayuelas.

Ella escribe una carta,
que jamás mandaría.
Él la besa en la boca,
pero es una estampilla.
Son las puntas de un cable,
aunque no se hablen.

Él, que sabe de todo,
se oxida en un taxi.
Ella alquila la Luna,
y un beso no es gratis.
Las vidrieras liquidan
lo que no precisan.

Pudo ser un poema
de carne y de hueso.
Pudo ser una yunta,
de mitades, al menos.
Pero el mundo es difícil,
corazón y crisis.

Letra y música: Fernando Montalbano.


08.


CANCIÓN DEL VIENTO

Siento que me estoy volviendo viento,
que te muerdo el filamento,
que te enciendo el pensamiento.
Digo que me voy haciendo libro,
que te beso si te escribo,
que yo soy, si te imagino.

Luz de madera en la voz,
sur de los mapas de a dos.

Brazos, para amarte como lazos,
con la voz hecha pedazos
de soplar contra el fracaso.
Llaves, para abrirte como el arte,
para dar la piel por aire,
y una lágrima por mares.

No, tu lenguaje, tu ley.
Flor que en tu boca corté.

Creo que me estoy viniendo cielo,
madrugada por tu pecho,
medialuna en tu bostezo.
Gallo, despertándote los gajos,
voy hundiéndome en tu tajo,
voy haciéndome centauro.

Gris, mi canción es feliz,
si todo empieza en el fin.

Siento que me estoy volviendo viento,
poco a poco soy silencio,
y en la música me quemo.
Siento que me estoy volviendo viento,
poco a poco soy silencio,
y en tu música me quemo.

Letra y música: Fernando Montalbano.


09.


SOY DE ROSARIO

Puedo decir que soy el rey
de esta comarca santa sin fe.
Barrio, gorrión, sur, humedad.
Tengo un balcón para cantar.

Soy de Rosario,
río gigante, breve raíz.
Soy de Rosario,
donde el dolor sabe reír.

Una pasión por la mitad
reparte rabia y felicidad.
Parca y bohemia, mágica y gris,
sueña con goles sobrevivir.

Soy de Rosario,
río gigante, breve raíz.
Soy de Rosario,
donde el dolor sabe reír.

Trágica piel, puta deidad,
novia cautiva del Paraná.
Bello y feroz, tu corazón
besa con trova, muerde con rock.

Soy de Rosario,
río gigante, breve raíz.
Soy de Rosario,
donde el dolor, sabe reír.

Tengo guitarra, tengo tu voz,
no tengo nada, tengo canción.
Quiero silbar tu porvenir,
ponerle música a tu cicatriz.

Soy de Rosario,
río gigante, breve raíz.
Soy de Rosario,
donde el dolor sabe reír.
Soy de Rosario.
Ese es mi pueblo, se lo advertí.

Letra y música: Fernando Montalbano.


10.


UNA PENSIÓN DE NOVELA

 

Piecita al fondo, a la izquierda,

flaca, soltera y rubor,

seis marineros en la puerta

esperando por su amor.

 

El Negro, en la diecisiete,

amigo del buen pensar,

mate en la izquierda y por ende

en la derecha, Nippur de Lagash.

 

Una pensión de novela

de variedad inquilina,

aristocrática mersa

de la fauna rosarina.

 

Chupao y echo un alambre,

La Capital al sobaco.

Dicen que lo busca el hambre

pa’ cobrarse unos caballos.

 

Altillo que nadie ocupa

más que un oscuro pasado,

un catre típico y un par

de corpiños olvidados.

 

Una pensión de novela

de variedad inquilina,

aristocrática mersa

de la fauna rosarina.

 

Pero la pucha ese día,

qué cruel noticia fatal,

en manos de un policía

orden de desalojar.

 

Capricho de un intendente

de sistemático vicio

de demoler lo que duele

y tapar con edificios.

 

Y esa pensión de novela

sólo un destino tendría:

acogedoras colmenas

para la ciudadanía.

 

En fin, hermano, sería

el final de la pensión

y entre el escombro que había

aseguran que alguien vio

la Biblia y el calefón

llorando en un rincón.

 

Letra y música: Fernando Montalbano.

 


11.


MUJER IMAGINARIA

La vi desnudarse desde mi ventana,
arrancándose la ropa del alma;
éramos el cine, sombra y fantasía,
ella, la muchacha, yo, siempre el espía.

La vi en su balcón como piel tendida,
siempre trabajando de diosa aburrida;
lejos de mi mano, como una muñeca,
dentro del afiche, viva pero muerta.

Ay, imagen perfecta,
ay, utópica hembra,
nunca se tiene lo que se desea,
nunca se tiene lo que se desea.

La vi en el naufragio de la medianoche,
como un salvavidas le arrojé mi nombre,
como una naranja, yo me abrí de gajos,
y ella me enredaba con mis propios brazos.

La vi zambullirse sobre mi figura,
sobre imaginarios mares de ternura,
la vi entre cristales, saltar como un tigre,
lamiéndome cada centímetro virgen.

Ay, imagen perfecta,
ay, utópica hembra,
nunca se tiene lo que se desea,
nunca se tiene lo que se desea.

Nos vi despertar a las siete en punto,
como se despiertan los cuentos de adultos,
ella, Cenicienta perdiendo la magia,
y yo, Capitán, besando la almohada.

La vi transformando su cuerpo en perfume,
detrás de los rayos húmedos del lunes;
la vi con sus piernas de humo y ceniza,
volver a su celda de fotografía.

Ay, imagen perfecta,
ay, utópica hembra,
nunca se tiene lo que se desea,
nunca se tiene lo que se desea.

Letra y música: Fernando Montalbano.


12.


RUMBO DEL SÁBADO

Lugar donde el prejuicio
levanta su telón,
y escribe, el Paraíso
su nombre con neón.

Sin más boleterías
que besos en las mesas.
"Se toca y no se mira",
la casa recomienda.

Los músicos al rojo
fazendo bossanova.
La música, sus ojos
cerrados, cuando tocan.

El dueño del garito
gobierna desde el fondo;
no saben si está vivo,
o lo han pintado al óleo.

Cabaret,
rumbo de los sábados,
barrio Norte, tren, cortada y sótano.
El Universo muestra
las piernas sin apuro,
y una mujer redonda
como el mundo.

Iglesia de las ganas,
espejo de uno mismo,
imperio de las nalgas
que no tiene enemigos.

Refugio de unos cuantos
que dan la misma talla:
la señora y el santo,
el héroe y el canalla.

Cabaret,
rumbo de los sábados,
barrio Norte, tren, cortada y sótano.
El Universo muestra
las piernas sin apuro,
y una mujer redonda
como el mundo.

—¿Me permite esta pieza?—
el estudiante insiste,
y ella se cree bella,
adolescente y virgen.

Que pasen el mensaje
que pide más boleros.
Hechizo del cantante,
hacenos menos buenos.

Cabaret,
rumbo de los sábados,
barrio Norte, tren, cortada y sótano.
El Universo muestra
las piernas sin apuro,
y una mujer redonda
como el mundo.

El Universo muestra
las piernas sin apuro,
y una mujer redonda
como el mundo.

Letra y Música: Fernando Montalbano.


13.


BIZARRO Y PASIONAL

No comprendo este cine
de película absurda.
Apagaron las luces
y el mundo está en curda.
¿Me perdí alguna escena?
¿No pagué alguna cuota?
Se venció la esperanza
y la brújula, rota.

Hace un siglo que insisto
con mi tinta en el timbre
de la casa del turro
que no se decide
a partir su bocado,
a prestarnos el sueño
a los desorientados
juglares del reino.

Renuncio a la quietud,
me embarro en el por qué,
no entiendo la mesura
de los que tienen sed.
Bizarro y pasional,
desnudo como el sur,
romántico y extraño,
perdido en este tour.

Ya me fui por los cables
de este barrio plateado
por amor a la luna
de los desesperados,
que bebían su droga
de catódica estima,
conspirando por nadie,
borracho de rimas.

Me saluda lo adverso;
soy pariente lejano
del aún y el reverso
de los formularios,
anacrónico y loco,
tecnoilógico y lento,
desviado con rumbo,
vecino del viento.

Renuncio a la quietud,
me embarro en el por qué,
no entiendo la mesura
de los que tienen sed.
Bizarro y pasional,
desnudo como el sur,
romántico y extraño,
perdido en este tour.

Soy un fans de la bruma,
colecciono destinos,
juego al pool con las dudas
de los argentinos.
Hago trampas conmigo,
me despeina un abrazo,
tomo clases de amigo
y me salgo del mazo.

No hay papel esta noche
que me apague la bronca,
no hay guitarra que vista
mi lágrima ronca;
pero se que hay un tango
para cada tristeza,
y allí soy un agnóstico
padre que reza.

Renuncio a la quietud,
me embarro en el por qué,
no entiendo la mesura
de los que tienen sed.
Bizarro y pasional,
desnudo como el sur,
romántico y extraño,
perdido en este tour.

Letra y música: Fernando Montalbano.


14.


BALADA PARA UN AFICHE

El viento pega en su frente,
como en la tierra, el dolor.
Lleva apretado en los dientes,
un habano, una paloma, y hasta el nombre del traidor.

Por la mirada de mármol
que multiplica su edad,
puede medirse el tamaño
del coraje o la locura, según sea su cristal.

Quizás por esa ternura
que en tanto póster no entró,
la juventud se pregunta
qué lugar el de la fuerza, qué lugar el del amor.

Hay una silla vacía
a cada lado de Dios;
uno de barba y espinas,
y él, de barba y de camisa, se han sentado en el cordón.

Por lo infinito del nombre,
y sus ideas sin red,
sus siete vidas aún corren
como rápidos leones a la hora de creer.

Por ese cielo de estatuas,
del que no quiso ser rey,
dejó a su doble en las garras
de tachuelas oxidadas, y se fue, riéndose.

Letra y música: Fernando Montalbano.


15.


AVENIDA

Río ancho,
me descalzo en el asfalto
de tu lomo despintado
por el yiro de los barcos,
por la suela de la noche,
por la baba de los coches
que no van a ningún lado,
pero sueñan.

Por tus venas
de cemento,
-como sauces-
los semáforos chorrean
luz y sangre.

Río arriba,
avenida en carne viva,
carrusel que ya no gira,
un rosario de suicidas,
un desfile de botellas,
y tal vez, en una de ellas
viaja el mapa, de esta pista
sin salida.

Como astillas,
en tu piel de pavimento,
va un país en zapatillas
con agujeros.

Río abajo,
los zapatos en el barro,
un destino de dos manos
-la velocidad y el tango-,
un collar de cafetines,
un caballo con las crines
del smog y el humo amargo
de mil fieras.

Por las grietas
que florecen en tu espalda,
llora lágrimas de brea
esta guitarra.

Letra y música: Fernando Montalbano.

Copyright 2017 © Fernando Montalbano. Todos los derechos reservados.

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